Las mejores personas que he conocido, terminaron siendo una parte armónica de mi vida. Para bien o para mal. A lo largo del día a día, tomé lo mejor de ellas y las asimilé. Me hice una mejor persona; me formé con la idea de hacer el bien a mi y con los demás.
Recuerdo mi madre me decía; "tú, tú no eres como tu padre. Tú eres una mejor persona, has sacado de mí lo mejor que te he podido dar". Recuerdo llorar a gritos por cambiar, imaginarme tan solo, por la falta de algo tan insignificante.
Con el tiempo me he visto rodeado, de las personas más geniales que jamás podría imaginar. Una al lado de la otra brindándome la mano para seguir adelante. Uno a uno les miré al rostro y no podía imaginar lo feliz que podría ser.
Me tomé de sus manos y me dejé llevar, a cada una de esas personas le debo parte de mi vida. Parte de lo que soy. Le debo tanto a todo el mundo, que me han ayudado a lidiar con las infinitésimas partes terribles que he vivido y sé lo harán para las que me toquen vivir.
En este mundo tan torcido, hacer contacto con una persona; verdadero contacto con una persona logra resultar tan difícil. El mundo se mueve rápido Joe, y uno siente que se atrapa dentro de algo que no puede controlar. Te digo, amor; las cosas no son fáciles. Una mañana despiertas cansado de la vida, la otra intentas recordar cuándo fue la última vez que sonreíste. Joe, amor mío, he estado allí. Y me haz saludado en esos días sin saber qué pasaba por esas cosas. Me has conversado, cuando aún no me conocías; sin saber que vivía con un nudo en la garganta.
"Un día crecerás y te darás cuenta de la sombras de tus acciones, hijo. Un día crecerás y te darás cuenta de que no valió la pena tanto trabajo, te cogerás la cabeza y llorarás solo. Extrañando a tu familia, amigos. Todo aquello que dejaste de lado. No quieres ese futuro, comienza a creer en tu instinto, déjate llevar por aquello que te apasiona y serás feliz. Ama a tu madre, a tus amigos. Y sobre esa chica que tienes en los ojos, crees no sé? ámala y nunca te arrepientas de nada"
Joe, te digo; esta carta va tanto para mí como para ti. En este sendero vuestra compañía ha sido una dirección que jamás pensé recorrer y con qué adoración lo hago.
Tuyo, aquel niño que adoras.
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