Señoras de rapiña que rebuscan en su memoria, aquella risa cachacienta de antaño; buscan en su mirar aquel reflejo de su, desde ahora, anterior vida. Murmuran, se reúnen planean; buscan la manera correcta y odiada de actuar, con aquel sentimiento de gozo revuelan sobre su presa, buscan alimento, comen dolor y están hambrientas.
Tenemos un cuerpo en la habitación, alguien entre nosotros no respira ya más. Examino tu rostro querido, no veo dolor, no veo nada; planeas no sentir esta vez o sin lágrimas te has quedado. Las voces susurrantes obedecen a la pena, buscan a Dios en su mirada, buscan en la madera el movimiento. Buscan entre ellos un consuelo, una forma comportarse. We must pray. WE MUST BE SAD.
Se rompe el hielo, la madera refleja el brillante sol. Regreso en busca de tu mirada, ni tan solo una palabra silenciosa, un mudo acuerdo, un guiño de antaño. Veo no serás el mismo querido, ni serás el único hombre al que he amado, al que he respetado, única figura paterna, único padre.
Tu amante, tu mujer, acaso la única mujer que te ha amado. Te conoce, te siente, te vive. Sabe, como yo, que aquel discurso a medio vaso, entre aquellas paredes poco estables con esa sonrisa tan sincera, no volverán. Extrañarás hasta la muerte y peor aún con en el engaño vivirás. Regresa querido.
Entre muertos tan altos como muros, nos vemos aquí reunidos, santa madre de Dios ruega por nosotros, ruega por mi alma, ruega por mi rezo inexistente, ruega por aquella sensación de inhumanidad que sentí. Ruega por mi alma y de ella has una flor. Ruega, porque no soy digno ni de tocarla, no, no a la amada, no.
Contrita esta mi alma, y del egoísmo he vivido. Tu dolo está compartido, el mío; mi propio camino será en soledad; cuando pise tus pasos, cuando tenga tus años y el peso de tus hombros, a diferencia solo estaré.
No pude darte ni la mirada, al final del día tras un abrazo cortado, no te he dado ni las gracias. No puedo, no quiero, no debo. Extrañaré tu sonrisa y con ella tu vida.
sábado, 27 de octubre de 2012
martes, 9 de octubre de 2012
e5yhsdgzdfg
-Érase mi risa ahogada, pequeño murmullo y consuelo. Última frontera, último engranaje y máscara.
-Érase mi voz, fuerte y decidida. Hijo de tenor, con derecho a gobernar a sus congéneres. Aguda, penetrante, silbido agudo.
-Érase mi zurda, heróica y hermosa. Nudosa y nerviosa. Movimientos finos, de niño, entonaban con ritmo y sabor.
-Érase mi orgullo, inigualable e intacto. Escombros de llanto, ruinas de gran coloso, proclive al lamento; quien lo miráse ahora.
-Érase mi decisión, quebrantada por la herida. Érase quijote y confundida. Tan poco asertiva como pensante.
-Érase mi calma, ida.
-Érase el tacto, caliente y sudorosa, fuente de pasiones y clamorosa. Érase una diva, una gorgona, un aliento profundo que conspiraba contra mi razón.
-Érase, de paso, mi razón. Inmutable, binaria, transparente y muy perturbada. Dura y noble, quimera perfecta de un tiempo sencillo.
-Érase el cristal, de mis ojos en vilo. Miembro único y estable. Artista, pintor, músico, cantor, orgullo de la familia y bastión de la creación.
-Érase mi constancia, agrietada por la distancia, aquella del padre no habido.
-Érase mi arte, no violentada. Gritaba originalidad, y buen humor. Ahora maltrecha y con retardo mental.
-Érasen mis tardes, a planes no consumados agradeciéndole a Soledad, amante ramera.
-Érase el morbo de mi cuerpo. Territorio no explorado y mina de oro, diamantes y estiércol.
-Érase una vez mi virilidad, reemplazada ahora por un sentimiento.
-Érase su olor, aliento fresco. Un detalle juvenil con muerto deseo. Quizá de todo lo que recuerdo.
-Érase mis objetivos. Brutos, maduros . De sabor agrio, cocaína maníaca, palo azotador de mi espalda cortada.
-Érase mi madre, otrora valiente y destino de mis rezos.
-Érase un libro, guardián de mi destino, dudas y camino. Érase mal escrito, dulzón y muy de niño.
-Érase acaso todo lo bueno de mi vida, érase toda mi alegría joven. Érasen muchas cosas.
-Es todo lo escrito recuerdo. Es el cambio. Contrito corazón; pero agradezco lo que era y añoro lo que soy.
domingo, 7 de octubre de 2012
Estallar
Bóveda falto de ejercicio pone en
jaque los músculos de mi sentir
un espacio oscuro y eterno contemplo
acuosos mis ojos detienen su vigilia.
No creo, siento
no busco, lucho
no sufro, consiento
jaque los músculos de mi sentir
un espacio oscuro y eterno contemplo
acuosos mis ojos detienen su vigilia.
No creo, siento
no busco, lucho
no sufro, consiento
elevados mis sentidos
a flor de piel tengo el demonio
a flor de piel tengo el demonio
inquieto, torpe, enjuto
cierra su vista ante el sol de mediodía.
Agrupan los sonidos memorias fútiles
asocian mis dedos sensaciones de dolo ajeno
crisálida conciencia escribe tupidos versos
de información y adrenalina.
Siento! Reverbero! Rebalso!
mezclo hiel con libido
se humaniza mi ritmo, corresponden mis latidos
mirá esos faroles límpidos de cavilante sonrisa.
Conservan el hedor de mi alma
buscan en este mi barullo
aquel lugar del cual recóndito
mi alma, mi esencia, mi voz
están.
Y encuentran aquel deseo
de crear
reconstruyen el génesis de mi motivación
es el segundo antes de la gran explosión,
es el big-bang,
es el estallido creador,
es el beso salvador.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)